Hoy en día , en el fútbol local como en el fútbol mundial, se pueden apreciar diferente sistemas tácticos y estilos de juego.
Yo por mi parte, tal vez por haber crecido en el fútbol sudamericano me inclino más por el estil de juego de posesión de balón en conjunto con la técnica y precisión del elemento (la pelota que tanto amamos).
Estoy convencido que para «armar» un equipo hay que primero manifestarle al futbolista en forma individual, el valor de la pelota, de la precisión en el pase y el manifiesto de la técnica para poder adueñarse de la pelota y posteriori, del partido. Si lo miramos desde el aspecto psicológico, un equipo que posee el balón durante gran parte del partido, va degastando al rival, sacandole energía y convicción de que si puede ganar el partido. Una vez que el equipo va agarrando la precisión adecuada a través de movimientos lentos, es importante que a partir de ese momento le aplique velocidad al juego. Velocidad más precisión es el valor más difícil de encontrar en un equipo. Generalmente se ven equipos muy veloces pero con poca precisión , dejando quizás en el factor azaroso de que una pelota ingrese en el arco y después aguanten el partido. Una forma mezquina de pensar , pero que en muchos casos ha sido efectiva (Grecia campeón de la Eurocopa, por ejemplo).
Equipos como el Milán , de Ancelotti, campeón de la última Champions league, es un ejemplo de ésto. Mucha precisión en el pase, desmarques en velocidad, jugadores de buen pie y efectividad.
Es importante hacerle entender al futbolista en forma individual primero y después en forma grupal, a que quiere que juegue el equipo, para después plasmarlo en un campo de juego.